Se desconoce en gran medida la forma en la que SARS-CoV-2 se disemina en el ambiente. Una de las razones principales es que el comportamiento y las características de los virus son altamente variables; por ejemplo, están los que se diseminan más fácilmente en el agua, mientras que otros lo hacen mejor en el aire, o bien, los que están envueltos en capas de moléculas grasas que les ayudan a evitar el sistema inmune de su huésped, cuando existen otros que se encuentran incluso sin envoltorio.